Si me detengo a mirarte un ratito
y parpadeo para lograr entender-te.
Si te reís
y yo me muero un poquito más por dentro.
Si tengo todas mis cartas expuestas
y vos pedís un café
y me despojas de todo control sobre mi cuerpo.
Este es el día en el que puedo amarte con la fuerza de mi voz y no con el llanto de mi alma.
Y me da miedo.
Mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario